La historia de la cuarteadura en la vasija

La cuarteadura en la vasija

Rachlel Remen era consejera terapéutica de un joven que tenía todo: era guapo, era atleta universitario, sus admiradores y admiradoras respetaban, salía con mujeres hermosas, conducía los mejores automóviles veloces. Sin embargo, le diagnosticaron osteosarcoma, y dos semanas después le amputaron derecha arriba de la rodilla. Salvo su vida, pero se derrumbo. Se volcó al alcohol las drogas, tuvo un accidente automovilístico tras otro y se aisló de sus amigos. Finalmente, su entrenador le recomendó que viera a Rachel.

En su segunda consulta, Rachel le dio una hoja de papel y le pedido que dibujara su cuerpo. El dibujo el simple contorno de una vasija y con un crayón negro creó una profunda cuarteadura que atravesaba la vasija, con coraje repaso la cuarteadura una y otra vez con el crayón hasta que se rasgo la hoja.No quedaba duda alguna que la vasija estaba rota y no podría ser utilizada nunca más.

Gradualmente, con el paso de las semanas, comenzó a cambiar, poco a poco. Traía a sesión artículos y recortes periodísticos sobre accidentes: un motociclista que había perdido una pierna; una chica que se había quemado; un chico cuya mano había sido parcialmente destruida en una explosión. Siempre insultaba a los médicos y a los padres porque no  entendían cómo ayudar a quienes sufrían de esa manera.

Un día Rachel le pregunto si quería hacer algo al respecto. Él le dijo ue no, pero antes de salir del consultorio, se volteó y le preguntó si ella podía organizar que él pudiera tener un encuentro con personas que hubieran sufrido ese tipo de heridas físicas. Unas cuantas semanas después empezó a visitar a jóvenes que tenia problemas parecidos al suyo en el hospital donde trabaja Rachel.

No tardo en darse cuenta de que él podía vincularse con estos jóvenes de su propia edad de una manera que no lograban hacer los adultos, los padres ni los médicos. Empezó a hablar con los médicos y los padres, para ayudarles a entender lo que necesitaban quienes habían perdido una parte de sí mismo, así como vida que había llevado antes del accidente. Los cirujanos, emocionadísimos con os resultados de las visita que hacía, comenzaron a referirle más pacientes.

Un día tocó ir a ver a una mujer joven. Su madre, su hermana y una prima habían muerto de cáncer de mama y ella había decidido que le extirparan ambos senos. Estaba profundamente deprimida estaba acostada en la cama del hospital con los ojos cerrados. El joven estaba usando pantalones cortos exponiendo, plenamente su prótesis. Por más que intentaba, no lograba obtener respuesta alguna de parte de ella.

Finalmente, totalmente frustrado, se desprendió la prótesis y la pierna artificial cayó al piso, dando un golpazo. La joven, sobresaltada, abrió los ojos y lo vio por primera vez. El joven empezó a tronar los dedos al ritmo de la música de rock que ella estaba escuchando, saltando de cojito por todo el cuarto y riendo. Un instante después, ella se empezó a reír a carcajadas. Habían hecho conexión.

Posteriormente, como amigos, visitaban juntos a pacientes hospitalizados. Ella lo alentó a regresar a la universidad y a seguir con su misión de ayudar a Quines estaban sufriendo. Finalmente se casaron.

En su última sesión con Rachel, recapitularon el viaje que él había realizado. Rachel sacó el auto-retrato que él había dibujado dos años atrás: la vasija cuarteada. Él miró el dibujo y dijo: ¿Sabes qué?No esta terminado tomó un crayón y empezó a dibujar unas líneas gruesas color amarillo que salían de de la cuarteadura, irradiando hacia los márgenes de la hoja de papel. Rachel lo observaba, intrigada.Él sonrió, puso su dedo en la cuarteadura y le dijo: “Es de aquí que sale la luz”.

Es una historia hermosa. Una cuarteadura, que representa una pérdida o la destrucción de algo, se convierte en una apertura para que, a través de ella, brille a luz de la conciencia superior.

¿Qué te pareció lo que acabas de leer? ¿Te dejo un mensaje, cuál es? ¿Puedes identificar tu cuarteadura? ¿Quieres encontrar tu luz? Contáctame.